viernes, 1 de junio de 2018

EL ESPACIO 64

LA FUNCIÓN DE FORMACIÓN

El hecho de enseñar o transmitir el conocimiento adquirido, en muchos casos durante años, a otro trabajador desde el propio puesto de trabajo se encuentra escasamente reconocido y recompensado en la FNMT.

Por una parte, no existe homogeneidad en su consideración dentro de las definiciones de puestos recogidas en el Convenio y por otra, los acuerdos de formación interna en esta materia no se aplican a algunos de los puestos por tenerla ya considerada.

De las 292 categorías de puesto recogidas en el Convenio Colectivo solamente 45 tienen reconocida la función de formación, correspondiendo 15 a mandos, 14 técnicos y 16 a operarios.

Los administrativos y subalternos, sencillamente, no la tienen reconocida en ninguna categoría.

Atendiendo al área de trabajo, es significativo que prácticamente ningún puesto de personal operario en Burgos, Almacenes, Mantenimiento y Preimpresión, tenga reconocida algún tipo de competencia formativa.

Tampoco por estamentos existe una consideración homogénea u organizada en las definiciones.

Algunas categorías de Jefe de Equipo tienen la formación reconocida, otras no, algunas de oficial de segunda no, otras si… En fin, un sinsentido.

Otro caso sorprendente es el de  los Técnicos. Resulta muy llamativo que la inmensa mayoría de sus definiciones no recojan ni reconozcan la función de formación.

En cuanto al tipo de formación a impartir (teórica, práctica, de prevención, etc), tampoco existe ningún criterio homogéneo.

En suma, un desbarajuste total y completo que debiera sonrojar a la Dirección de Recursos Humanos.

Desde EPS hemos insistido muchas veces en la importancia de la transmisión del conocimiento para asegurar el futuro de la empresa y sus puestos de trabajo, pero no vemos ningún avance por parte de la Dirección en este sentido.

EPS reclama que sea considerada en todos los puestos de trabajo y valorada convenientemente, evitando los agravios comparativos actuales y garantizando la transmisión del conocimiento adquirido a las nuevas incorporaciones.


EL FACTOR DE SOSTENIBILIDAD

Las reformas de las pensiones que se han hecho en el sistema público español a lo largo de esta década, tanto la del 2011 como la del 2013, han introducido aspectos muy lesivos para los pensionistas actuales y venideros.

Uno de ellos está en boca de todos los manifestantes que en defensa de un sistema público de pensiones digno se han movilizado estos últimos meses:

El hecho de que las pensiones ya no se revalorizan en función del IPC.

No debemos olvidar que esta revalorización no sólo es un derecho desde hace varias décadas, sino que  es la forma de que nuestras pensiones y salarios no se vean gravemente mermados con el tiempo, pues es la manera que tiene nuestro sistema de que los salarios y las pensiones se incrementen de acuerdo al aumento de los precios de los bienes y servicios que necesitamos en nuestra vida diaria. Por lo que no sólo es un derecho, sino una necesidad. 

Aunque ésta es la cuestión que más quejas ha provocado, en ambas reformas también existen otras medidas muy perjudiciales, todas referidas al cálculo de la pensión inicial, de manera que se reduce la cuantía que vamos a empezar a cobrar el día que nos jubilemos.

En 2011 el Gobierno decidió que para el cálculo de las pensiones se pasara de considerar 15 años a 30.

Con esto consiguen reducir nuestras pensiones en torno a un 15%.

Pero una de las medidas de las que menos se habla, probablemente por desconocida y porque está por venir, es la aplicación del FACTOR DE SOSTENIBILIDAD.

En distintos sitios habréis oído o leído acerca de una fórmula matemática muy compleja e ininteligible similar a lo siguiente:


Pues bien, esta fórmula tampoco es tan compleja como pretenden.

El numerador representa la esperanza de vida para los trabajadores que cumplieron 67 años en 2012. El denominador para los que cumplieron 67 años en 2017.

Como la esperanza de vida tiende a crecer el cociente resulta menor que la unidad.

Aplicando esta fórmula consiguen rebajarnos más las pensiones en los primeros años.

Ahora un pensionista cobra un 80% sobre la base de cálculo (el salario cuando era trabajador).

De aplicar la fórmula, dicho porcentaje se irá reduciendo progresivamente de tal manera que los trabajadores que se jubilen dentro de 30 años solamente recibirán un 67% de su salario real.

En vez de aplicar un factor de sostenibilidad, el Gobierno debiera de aplicar un factor de antiprecariedad laboral para corregir sus problemas financieros con la Seguridad Social.