miércoles, 16 de septiembre de 2020

EPS OPINA 173

 LA TÁCTICA DEL AVESTRUZ

  A pesar de la grave situación en la Comunidad de Madrid y del riesgo de estar incubando un brote de insospechadas dimensiones, la Dirección de la Fábrica no se decide a poner medidas elementales para conocer el estado de la plantilla, ni para filtrar mínimamente el acceso a las instalaciones.

Es decir, ni se hacen pruebas voluntarias al personal que trabaja de forma estable en la Fábrica, ni se controla la temperatura en las entradas, ni hay elementos complementarios de desinfección (salvo mascarillas y gel –no obligatorio-) como las alfombrillas

 En el centro de trabajo de Madrid somos más de 1.000 personas. En vez de intentar localizar los casos positivos y conocer el nivel de inmunidad de los trabajadores/as, la Dirección ha decidido esperar a que vayan surgiendo los casos. Desde el punto de vista de EPS esto es una irresponsabilidad, porque se está dando pie a la incubación de brotes por la vía de los asintomáticos. Se está fiando a la suerte.


Con la disponibilidad actual de test antigénicos rápidos y relativamente baratos, la política más segura sería realizar al menos una “puesta a cero” de la situación epidemiológica, a partir de la cual se pudiera pisar terreno firme. Incluso si se tuvieran que hacer pruebas masivas periódicas, sería económica, estratégica y funcionalmente más rentable que las consecuencias de un brote incontrolado

Respecto a los filtros y precauciones antivíricas de acceso, resulta sorprendente que empresas de mucha menor entidad tengan implantadas medidas más serias que poner frascos de gel de uso voluntario.

Por otra parte, las estrategias de compartimentación –necesarias para evitar la propagación ante un brote- van con una lentitud exasperante. Las cuotas de teletrabajo, los turnos estancos, la conciliación para más allá de un mes, los permisos ante los casos estrechos familiares… ¿para cuándo?

Ni por mirar a otro lado, ni metiéndolo en un cajón, el riesgo desaparece.