A los 6 despidos de compañeros/as temporales de Moneda en Diciembre se ha sumado el despido de un compañero de Valoriza (limpieza) que “casualmente” también desarrollaba su trabajo en Moneda.
Esta situación requiere dos actitudes por parte de todos/as: defender su derecho al trabajo y estar muy alerta para ver cómo siguen los acontecimientos, porque estos comportamientos no van a parar si no hacemos algo.
Todos/as tenemos derecho a una vida digna pero en nuestra sociedad, por desgracia, no está garantizada. El puesto de trabajo es el único medio de vida del obrero/a, no puede ser puesto en peligro.
Desde estos principios básicos, EPS apoyará todo tipo de acciones legales contra estos despidos. Pero hay que ver lo que está pasando, porque no es normal sino anómalo y preocupante. ¿Qué ha fallado y con qué criterio se están tratando esos “fallos”?
En Moneda, de las 48 personas contratadas en noviembre, han sido despedidas 6. Si un servicio de selección falla en tantos casos, a los primeros que habría que expedientar es a los responsables de ese proceso, empezando por la Dirección de Recursos Humanos. Pero no, se despide a los seleccionados/as y el/la seleccionadora se va de rositas.
Se argumenta que no habían aprendido a manejar las carretillas. En primer lugar, cada persona tiene unos tiempos y unas condiciones de aprendizaje, según la materia de que se trate, por lo que debería haber un servicio de pedagogía auxiliando todos los procesos formativos. La Dirección sólo quiere justificarse con los certificados y las encuestas de los cursos, pero el aprendizaje es mucho más complejo. ¿Cuántos salimos de los cursos que nos dan con pleno conocimiento de lo impartido?
Resulta curioso que un problema de aprendizaje se manifieste en la escala profesional más elemental, y no en técnicos, licenciados o mandos, que a pocos se les pone en el brete de ser despedidos o no pasar los periodos de prueba en las promociones internas, a pesar de ser –teóricamente- mucho más exigente su puesto. La pregunta que surge es ¿realmente se han seleccionado Auxiliares de Producción, o en realidad se contratan Auxiliares pero se requieren otro tipo de profesionales más cualificados? La respuesta, en los partes de superior categoría.
Por otra parte, las condiciones de trabajo en Moneda se están deteriorando en el último año y medio. Los ritmos, los espacios, los tiempos, se han forzado para cumplir la sacrosanta producción, y las personas son las que sufren esas estrecheces hasta que el sistema rompe por la parte más débil. Estamos seguros de que estos compañeros/as, hace 3 años, habrían podido adaptarse perfectamente a sus puestos de trabajo.
Si unimos todo lo anterior con una legislación laboral antihumana, tenemos lo que tenemos. Han sido las contrarreformas laborales las que han permitido “legalmente” el despido del compañero de la limpieza que trabajaba en Moneda. Por circunstancias de salud no podía adaptarse a las necesidades endiabladas del departamento y se le ha aplicado el estatuto. Pero las bajas en la limpieza no se suplen.
En definitiva, EPS sabe que estos trabajadores/as no tienen responsabilidad alguna en su despido, que ha sido provocado por un modo de hacer las cosas que pasa por encima de las personas.
Esta situación requiere dos actitudes por parte de todos/as: defender su derecho al trabajo y estar muy alerta para ver cómo siguen los acontecimientos, porque estos comportamientos no van a parar si no hacemos algo.
Todos/as tenemos derecho a una vida digna pero en nuestra sociedad, por desgracia, no está garantizada. El puesto de trabajo es el único medio de vida del obrero/a, no puede ser puesto en peligro.
Desde estos principios básicos, EPS apoyará todo tipo de acciones legales contra estos despidos. Pero hay que ver lo que está pasando, porque no es normal sino anómalo y preocupante. ¿Qué ha fallado y con qué criterio se están tratando esos “fallos”?
En Moneda, de las 48 personas contratadas en noviembre, han sido despedidas 6. Si un servicio de selección falla en tantos casos, a los primeros que habría que expedientar es a los responsables de ese proceso, empezando por la Dirección de Recursos Humanos. Pero no, se despide a los seleccionados/as y el/la seleccionadora se va de rositas.
Se argumenta que no habían aprendido a manejar las carretillas. En primer lugar, cada persona tiene unos tiempos y unas condiciones de aprendizaje, según la materia de que se trate, por lo que debería haber un servicio de pedagogía auxiliando todos los procesos formativos. La Dirección sólo quiere justificarse con los certificados y las encuestas de los cursos, pero el aprendizaje es mucho más complejo. ¿Cuántos salimos de los cursos que nos dan con pleno conocimiento de lo impartido?
Resulta curioso que un problema de aprendizaje se manifieste en la escala profesional más elemental, y no en técnicos, licenciados o mandos, que a pocos se les pone en el brete de ser despedidos o no pasar los periodos de prueba en las promociones internas, a pesar de ser –teóricamente- mucho más exigente su puesto. La pregunta que surge es ¿realmente se han seleccionado Auxiliares de Producción, o en realidad se contratan Auxiliares pero se requieren otro tipo de profesionales más cualificados? La respuesta, en los partes de superior categoría.
Por otra parte, las condiciones de trabajo en Moneda se están deteriorando en el último año y medio. Los ritmos, los espacios, los tiempos, se han forzado para cumplir la sacrosanta producción, y las personas son las que sufren esas estrecheces hasta que el sistema rompe por la parte más débil. Estamos seguros de que estos compañeros/as, hace 3 años, habrían podido adaptarse perfectamente a sus puestos de trabajo.
Si unimos todo lo anterior con una legislación laboral antihumana, tenemos lo que tenemos. Han sido las contrarreformas laborales las que han permitido “legalmente” el despido del compañero de la limpieza que trabajaba en Moneda. Por circunstancias de salud no podía adaptarse a las necesidades endiabladas del departamento y se le ha aplicado el estatuto. Pero las bajas en la limpieza no se suplen.
En definitiva, EPS sabe que estos trabajadores/as no tienen responsabilidad alguna en su despido, que ha sido provocado por un modo de hacer las cosas que pasa por encima de las personas.
Estos despidos son injustos. Debemos revertirlos por
solidaridad, porque vulneran nuestros derechos
y nos ponen en peligro a
todos/as.
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