SISTEMAS DE VOTACIÓN
En España seguimos sin tener un marco regulatorio que permita la votación electrónica en procesos electorales.
Esta afirmación sorprenderá a muchos, en un mundo cada vez más conectado y dependiente de la tecnología.
Podemos pagar de manera segura con el móvil, recibir notificaciones electrónicas de la propia administración, gestionar citas, etc., pero votar parece que no es posible (aunque en el Congreso ya hace unos años que lo tienen disponible), cuando a nivel tecnológico se ha superado esa fase hace décadas.
A modo de botón tenemos un exitoso proceso piloto de votación en un Ayuntamiento, desarrollado por el departamento de Ceres y puesto a prueba allá por el año 2003.
¿Desde entonces no hemos avanzado nada? La propia FNMT ha sido pionera en Europa en certificación digital desde finales del siglo pasado, sigue trabajando en nuevos tipos, funcionalidades, servicios, uso de los certificados y tecnologías asociadas.
Además, estamos inmersos en diversos grupos de trabajo europeos de nuevas tecnologías, como puede ser blockchain, que hacen que los procesos electrónicos tengan un nivel de seguridad más elevados, en algunos casos superando otros procesos más “analógicos”.
Con todos estos antecedentes, quizás ha llegado el momento de dar un nuevo paso preparando las bases, incluso un esbozo regulatorio o al menos un importante banco de pruebas, de la votación electrónica.
Nada nos impide innovar y desarrollar un proyecto de votación electrónica de uso interno, que sirva de piloto para mostrar al resto de Administración Pública y al propio Gobierno los avances tecnológicos que vienen desarrollando la FNMT, en la línea de vocación de servicio público, siendo punta de lanza a nivel nacional e incluso europeo.
Las elecciones sindicales pueden ser un buen banco de pruebas para este menester, como también procesos consultivos a la plantilla, que además pueden tener como valor añadido un importante feedback.
EPS confía en que la FNMT siga siendo un referente y polo tecnológico que se adelante a las necesidades de la ciudadanía y de la propia Administración Pública.
Plan de Empresa, eternamente inacabado
El pasado 19 de enero de 2022, se publicó en la Intranet corporativa un boletín informativo, donde entre otras cosas, se hace un balance del primer año del Plan de Empresa 2021-2023:FNMT 4.0.
Centrándonos en el epígrafe “Cambio cultural”, el avance para este año ha sido de sólo el 60% de lo previsto para el 2021, reduciéndose a dos apartados principalmente:
a) Automatización del procedimiento de concursos y procesos a través del portal laboral. Ha supuesto un avance muy acertado y necesario.
b) Nuevo procedimiento de procesos de selección, destinado al personal de libre designación (jefaturas y mandos).
¿De verdad que esta es la medida prioritaria en el primer año de andadura cuando sigue sin existir carrera profesional para la plantilla y hay dificultades tremendas para acceder a los Procesos de Selección, o que tengamos 219 categorías profesionales “activas” (con al menos un trabajador ocupándolas) con la ineficiencia y problemas que generan a diario?
El día a día demuestra que en la idea de la Dirección no hay nada más que intentar imponer
cambios culturales para el trabajador de convenio, excluyendo eso sí a las jefaturas y mandos.
Sólo así se entiende los palos en las ruedas y la negativa sistemática a regular el teletrabajo (TT), o a negociar el establecimiento urgente de una inexistente carrera profesional o ni tan siquiera desbloquear el sistema de acceso a los Procesos de Selección.
Si realmente se apostara por un cambio cultural implicaría una apuesta decidida por cambios profundos, que necesariamente pasan por la Presidencia de la FNMT, bajando después por todo el escalafón.
Desde EPS estamos francamente decepcionados con este equipo directivo, que basa su futuro y el del resto de trabajadores, a cambios cosméticos de reducido alcance.
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