A lo largo de este año se ha hablado mucho de los Premios de Antigüedad, principalmente de la obligación impuesta por la Seguridad Social de hacer retención también sobre las medallas y de la propuesta de la Dirección de pasar dichas medallas a retribución dineraria. El Comité de Empresa lleva desde septiembre preguntando semanalmente sobre la última oferta de la Dirección, sin obtener respuesta. Ha sido el 1 de diciembre, tras las elecciones, cuando el Director nos ha convocado, amenazando con no dar las medallas.
Por fín, las medallas se van a entregar a los compañeros/as que las han ganado este año, a cambio de abrir la negociación sobre el futuro de las mismas. Es por ello que se han convocado Asambleas Generales, para ver si abrimos dicha negociación y con qué alcance, si únicamente como requisito formal, o aprovechando de verdad para rediseñar los premios de antigüedad.
EPS opina que la apertura de las negociaciones debe aprovecharse para proteger, en la medida de lo posible, los derechos y cuantías de estos premios.
El análisis de la situación social, política y económica actual de nuestro país y su entorno hace prever que el nuevo gobierno plantee duros recortes (injustos, innecesarios y contraproducentes) a todos los trabajadores de la función pública, mucho peores que los realizados por el gobierno del PSOE, siguiendo la pauta marcada por las Comunidades Autónomas gobernadas por la derecha y las políticas dictadas por el gran capital español y europeo.
Estos ataques, que serán contestados en todos los frentes por EPS, también nos obligan a repensar una serie de elementos de nuestra retribución (medallas, distribución de las pagas extraordinarias) para que, sin perderlos ni disminuirlos, no resulten fácilmente criticables y manipulables por la prensa de derechas, de modo que puedan provocar animadversión social contra la Casa de la Moneda y sus empleados/as. No queremos que se repita lo de la Cesta.
Por ello, EPS es partidario de negociar los premios de antigüedad, de modo que lo actualmente recibido en forma de medallas de gran valor se convierta en dinero, más unas medallas simbólicas menos costosas.
EPS también es partidario de reestructurar el número de pagas, redistribuyendo el salario anual en 14 pagas, el formato mayoritario en España.
Para EPS, éstos no son recortes ni pérdidas de derechos, sino actuaciones de prudencia táctica para mejor defender lo que hemos conseguido hasta la fecha.
Por fín, las medallas se van a entregar a los compañeros/as que las han ganado este año, a cambio de abrir la negociación sobre el futuro de las mismas. Es por ello que se han convocado Asambleas Generales, para ver si abrimos dicha negociación y con qué alcance, si únicamente como requisito formal, o aprovechando de verdad para rediseñar los premios de antigüedad.
EPS opina que la apertura de las negociaciones debe aprovecharse para proteger, en la medida de lo posible, los derechos y cuantías de estos premios.
El análisis de la situación social, política y económica actual de nuestro país y su entorno hace prever que el nuevo gobierno plantee duros recortes (injustos, innecesarios y contraproducentes) a todos los trabajadores de la función pública, mucho peores que los realizados por el gobierno del PSOE, siguiendo la pauta marcada por las Comunidades Autónomas gobernadas por la derecha y las políticas dictadas por el gran capital español y europeo.
Estos ataques, que serán contestados en todos los frentes por EPS, también nos obligan a repensar una serie de elementos de nuestra retribución (medallas, distribución de las pagas extraordinarias) para que, sin perderlos ni disminuirlos, no resulten fácilmente criticables y manipulables por la prensa de derechas, de modo que puedan provocar animadversión social contra la Casa de la Moneda y sus empleados/as. No queremos que se repita lo de la Cesta.
Por ello, EPS es partidario de negociar los premios de antigüedad, de modo que lo actualmente recibido en forma de medallas de gran valor se convierta en dinero, más unas medallas simbólicas menos costosas.
EPS también es partidario de reestructurar el número de pagas, redistribuyendo el salario anual en 14 pagas, el formato mayoritario en España.
Para EPS, éstos no son recortes ni pérdidas de derechos, sino actuaciones de prudencia táctica para mejor defender lo que hemos conseguido hasta la fecha.
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