La situación económica, social y política es insostenible en las actuales circunstancias. El Gobierno del PP ha perdido su legitimidad y está lastrando, con su ineptitud, dogmatismo ideológico y deriva autoritaria, a toda la sociedad española.
Todos los rumores prevén una intervención completa de las finanzas públicas antes de que acabe el mes, y a más tardar en agosto. Su consecuencia política no puede ser otra que la convocatoria inmediata de elecciones anticipadas. Animamos a toda la ciudadanía a exigirlas firmemente en la calle, por higiene democrática.
¿Y en la Fábrica?
La función social de esta empresa, paradigma de la confianza de los ciudadanos, del progreso tecnológico y de la correcta aplicación de los derechos sociales, nos obliga a ser de nuevo emblema de la dignidad obrera.
Es imposible que todo siga igual. El esfuerzo de nuestra actividad, la capacidad de generar beneficios, el compromiso con el servicio público, la búsqueda de la calidad y la innovación, el intento de la salud integral, deben ser adecuadamente canalizados e incluso servir de modelo a otras empresas al servicio de la Administración.
Estamos obligados todos/as, en primer lugar la Dirección, a plantear un futuro en que los sacrificios económicos impuestos no sean el único factor en discusión. Si a los trabajadores/as nos imponen recortes de algunos aspectos, también podemos ganar otros. Si para salir adelante es imprescindible nuestra colaboración, debe reconocerse el derecho a participar en la gestión y en sus resultados.
¿Y el futuro?
Todos los rumores prevén una intervención completa de las finanzas públicas antes de que acabe el mes, y a más tardar en agosto. Su consecuencia política no puede ser otra que la convocatoria inmediata de elecciones anticipadas. Animamos a toda la ciudadanía a exigirlas firmemente en la calle, por higiene democrática.
¿Y en la Fábrica?
La función social de esta empresa, paradigma de la confianza de los ciudadanos, del progreso tecnológico y de la correcta aplicación de los derechos sociales, nos obliga a ser de nuevo emblema de la dignidad obrera.
Es imposible que todo siga igual. El esfuerzo de nuestra actividad, la capacidad de generar beneficios, el compromiso con el servicio público, la búsqueda de la calidad y la innovación, el intento de la salud integral, deben ser adecuadamente canalizados e incluso servir de modelo a otras empresas al servicio de la Administración.
Estamos obligados todos/as, en primer lugar la Dirección, a plantear un futuro en que los sacrificios económicos impuestos no sean el único factor en discusión. Si a los trabajadores/as nos imponen recortes de algunos aspectos, también podemos ganar otros. Si para salir adelante es imprescindible nuestra colaboración, debe reconocerse el derecho a participar en la gestión y en sus resultados.
¿Y el futuro?
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