miércoles, 18 de junio de 2014

Es el momento de las grandes decisiones

Tras la última reunión del Comité de Empresa con el Director, celebrada el Viernes 13, se han confirmado nuestras peores sospechas. No hay un escenario de negociación, sino de rendición; el BdE se va a reunir con los representantes de los trabajadores para llevarse a los mejores elementos del Departamento de Valores, uno a uno, cual mercado de esclavos, ofreciéndoles mejores condiciones laborales que los que tiene en la FNMT, y dejando al resto de sus compañeros, y a la Fábrica en su conjunto, a la deriva.

Creemos en EPS que lo hablado en esta última reunión modifica radicalmente el escenario que se planteó a los trabajadores en la última Asamblea en el patio el día 4 de Junio. Ya no se trata de llegar al mejor acuerdo posible con el BdE para asegurar el futuro de los trabajadores del Departamento de Valores; se trata de que su puesto de trabajo y el del resto de trabajadores de la Fábrica está en peligro real.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? No nos dejemos engañar por los cantos de sirena. Se nos ha dicho que todo empezó cuando el almacén de documentos de valor no cumplía la normativa exigida por el BCE y que había que realizar un almacén fuera de aquí. Después todo ello fue degenerando (como una novela por entregas) según la cual la propia Fabricación de Billetes no cumplía la normativa y en la práctica, estábamos deshomologados.


En realidad todo empieza mucho antes, en el año 2004. Es entonces cuando se conforma el Comité de Dirección que ha regido nuestros destinos desde entonces, por encima de los sucesivos directores que ha habido durante estos años. La norma básica de este comité ha sido una: el que se mueve no sale en la foto, es decir, la estrategia de la No-Acción. Y a ellos les ha dado muy buenos resultados, por cierto.

El problema era que desde hace 10 años por lo menos se atisbaban los vientos de cambio. Que era necesario dar aire fresco a la Fábrica. Que las normas de manipulado, los almacenes, la maquinaria, la propia Fábrica en definitiva, cada vez estaban más obsoletos; y lo que al principio eran recomendaciones, se iban convirtiendo en directivas de obligado cumplimiento.

¿Y qué hacía nuestro Comité de Dirección mientras tanto? ¿Hubo alguna propuesta real de cambio estos años para adaptarse, de verdad, a lo que nos iba a llegar tarde o temprano? Lo cierto es que no hicieron nada, y no porque desde este sindicato no se hubieran pedido mesas por la innovación o la gestión por procesos, ante el patente inmovilismo.

Ahora vienen las lamentaciones... y pedimos la dimisión del Director. Sin embargo, hay que reconocer – al margen de ideologías políticas – que este hombre es el único en los últimos 25 años que ha propuesto una alternativa al problema real que incubamos: hacer una fábrica nueva con maquinaria moderna y fabricación en línea que nos ponga al nivel de las empresas punteras de impresión de billetes. Lo irónico de esta situación es que los auténticos responsables del desaguisado -el Comité de Dirección se terminan marchando de rositas.

Nos negamos al mercado persa en que se van a convertir las “conversaciones” con el representante del BdE a celebrar en un futuro próximo.

Pedimos al Director que tenga el coraje político de encabezar la revolución que esta Fábrica necesita, es decir, construir la Nueva Fábrica de Valores. Pero creemos que debe hacerlo con un nuevo Comité de Dirección que sea capaz de afrontar el desafío al que nos enfrentamos.

Le pedimos que no divida al colectivo de los trabajadores en dos grupos: los que se van y los que se quedan. Somos todos los mismos y con los mismos derechos.

Le pedimos que cese inmediatamente la colaboración técnica, industrial, científica, etc. con el Banco de España. Que no cometa la irresponsabilidad de entregar el know-how acumulado durante muchos años y que pertenece al conjunto de los españoles. No podemos consentir que se desguace nuestro valor humano y técnico en un campo –no lo olvidemos – estratégico para el Estado Español.

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