Distintas fuentes jurídicas son de la opinión de que la dirección de la FNMT-RCM ha entrado en una deriva que va más allá de la mala gestión. Tras la bruma de palpable hipocresía con que se está manejando la información a los trabajadores/as, la aplicación de la normativa y las decisiones ejecutivas, se adivinan planes contrarios a los intereses de la FNMT-RCM y su futuro, y por tanto contrarios a los intereses de la nación.
En primer lugar, nos extraña la débil defensa del derecho y obligación de la FNMT-RCM a fabricar los billetes de la cuota española, ya que hasta la fecha, es la única que tiene esa prerrogativa.
En segundo lugar, que se pretenda modificar la estructura de la Fábrica para adaptarla al borrador de la orientación del BCE para adquisición de billetes euro, que además, no obliga a ello, nos hace pensar en las obligaciones y responsabilidades del Consejo de Administración.
En tercer lugar, los pactos con el Banco de España, sin legislación que obligue, provocando distorsiones graves, que nos llevan a un modelo de vaciamiento del patrimonio industrial y tecnológico español.
Todo esto no se entiende si no es por aumentar el estatus del Banco de España o por otro tipo de intereses.
En cuarto lugar, si debemos adaptarnos a las medidas de seguridad de fabricación, no podemos entender que durante años no se hayan realizado los cambios necesarios para evitar la deshomologación de la Fábrica y que aún hoy no se estén llevando a cabo, sobre todo, teniendo en cuenta la provisión de fondos destinados para ello por el Ministerio.
¿Para cuándo construiremos la cámara acorazada en el edificio de Jorge Juan?
El camino al que nos están llevando resulta tremendamente peligroso y esperamos que los responsables terminen por dar explicaciones a la justicia.
En primer lugar, nos extraña la débil defensa del derecho y obligación de la FNMT-RCM a fabricar los billetes de la cuota española, ya que hasta la fecha, es la única que tiene esa prerrogativa.
En segundo lugar, que se pretenda modificar la estructura de la Fábrica para adaptarla al borrador de la orientación del BCE para adquisición de billetes euro, que además, no obliga a ello, nos hace pensar en las obligaciones y responsabilidades del Consejo de Administración.
En tercer lugar, los pactos con el Banco de España, sin legislación que obligue, provocando distorsiones graves, que nos llevan a un modelo de vaciamiento del patrimonio industrial y tecnológico español.
Todo esto no se entiende si no es por aumentar el estatus del Banco de España o por otro tipo de intereses.
En cuarto lugar, si debemos adaptarnos a las medidas de seguridad de fabricación, no podemos entender que durante años no se hayan realizado los cambios necesarios para evitar la deshomologación de la Fábrica y que aún hoy no se estén llevando a cabo, sobre todo, teniendo en cuenta la provisión de fondos destinados para ello por el Ministerio.
¿Para cuándo construiremos la cámara acorazada en el edificio de Jorge Juan?
El camino al que nos están llevando resulta tremendamente peligroso y esperamos que los responsables terminen por dar explicaciones a la justicia.
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