Hay muchas personas maduras que hace tiempo que no salen en manifestación
para defender sus derechos laborales. Seguramente sus últimas movilizaciones fuerona principios de los años 80. La diversa problemática de familia, trabajo, estudios, y la
confianza en que los procesos democráticos representativos permitirían aumentar y
consolidar las conquistas sociales, contribuyó primero a la desmovilización y luego al
desencanto. Se ha vivido también un lógico aburguesamiento de la clase trabajadora
debido a la mejora de la calidad de vida, que ha puesto el interés personal muy por
encima del social.
la vuelta a la situación. Cinco millones de parados que pueden llegar a seis este año,
recortes de salarios, inestabilidad en el propio empleo, sumado a alzas de impuestos,
tasas y copagos para devolver la deuda a los bancos, provoca una sensación colectiva
e individual de ansiedad, rabia y desesperación. Tenemos menos derechos, menos
estabilidad laboral y por el contrario hemos que trabajar y pagar más.
gasolineras, ayuntamientos… y puestos de trabajo. No puede ser que los únicos
intereses que tengan en cuenta los gobiernos sea el de los banqueros, los grandes
empresarios y los inversores internacionales. Esa protesta se debe articular
socialmente en manifestaciones para que tenga el eco necesario y no se pierda en una
charla de café.
para que salgan a la calle este Primero de Mayo. No para quemar contenedores sino
para canalizar productivamente sus sentimientos de mayor justicia social, ahora
vulnerados. Para unir fuerzas y que tenga el necesario eco público, imposible si nos
quedamos en casa.
EPS invita a sus afiliados y simpatizantes a sumarse a las manifestaciones
convocadas el domingo 29 de abril y el martes 1 de mayo, por CCOO y UGT, en
cualquier lugar de España. ¿Por qué a éstas? Porque serán pacíficas y mayoritarias, yconvocadas el domingo 29 de abril y el martes 1 de mayo, por CCOO y UGT, en
en estos momentos no conviene dividir la voz. Muchos/as recordarán viejos tiempos.
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