viernes, 15 de junio de 2012

Un rescate que nos afecta a todos

El rescate bancario solicitado y aprobado el sábado 9 va a suponer un agravamiento de las condiciones económicas y sociales, si no conseguimos evitarlo. Los 100.000 millones de Euros con destino a la banca están solicitados y gestionados por el estado, son deuda y conllevarán el endurecimiento de los recortes. Estas medidas sólo tienen un objetivo, desviar el gasto social hacia los bolsillos de los inversores. Lo que antes se gastaba en las personas, ahora va a retribuir al capital.

¿Cómo hemos llegado a esta situación? Los ciudadanos españoles tenemos también nuestra parte de responsabilidad. Por ignorancia y por comodidad, nos dejamos engañar con el dinero fácil de la compraventa de pisos, las hipotecas baratas, y el espejismo de que todo iba a seguir igual, empleos, sueldos, demanda, actividad… Caímos en la red como incautos.


Era muy difícil no caer en la trampa perfecta. Constructores que se han hecho multimillonarios, banqueros que ponían en bandeja las hipotecas hasta para comprar un metrobús, los circuitos financieros que se iban pasando la pelota y ganando en cada ronda… ¿Quién no quiere tener un piso mejor, prosperar? Pero los poderosos tensaron tanto la cuerda, quisieron tanto beneficio, que los trabajadores no pudieron seguir pagando. Cayeron las hipotecas poco sólidas en EEUU, luego Lehman Brother, grandes bancos europeos. Aquí se aguantó como pudo, pero los bancos se han quedado con gran parte de solares, casas a medio construir y casas vacías.

En tres años la actividad económica ha caído porque ya no les resulta rentable y los inversores prefieren sacar tajada de la deuda pública. Antes y ahora, la fuente de su riqueza somos los mismos, los trabajadores. Pero estamos en paro, con recortes salariales, en desmantelamiento social. ¿Su receta?, que trabajemos más por menos. Y somos tan ingenuos que les hemos dado el poder político en España.

Mediante una respuesta coordinada de la ciudadanía debemos plantar cara a este expolio de nuestro patrimonio económico y social. Es preciso mantener derechos y salarios, limitar la retribución del capital, renovar la estructura económica, avanzar hacia un nuevo modelo sostenible humanamente…

Y por supuesto, en lo político, tras los sucesivos engaños, son imprescindibles verdaderas explicaciones y exigencia de responsabilidades políticas y penales.

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