jueves, 28 de abril de 2011

No todo es fútbol

Este ha sido uno de los peores años de los últimos tiempos para los trabajadores, no solo de España sino de todo el llamado mundo occidental. Estamos pagando la rapiña de las grandes fortunas que nos atracaron por la vía de las hipotecas y los préstamos, y ahora se lo quieren cobrar en salarios y derechos sociales.

Prácticamente 5.000.000 de parados, sueldos a la baja por negociación o por decreto, aumento de la edad de jubilación, recorte en las pensiones, desmantelamiento de los servicios públicos, deshaucios masivos… Esa es la corriente actual y que todavía durará, previéndose un agravamiento al menos en lo que queda de año.

La propaganda del poder político y económico, la derecha clásica o disfrazada que posee el 99 % de los medios de comunicación, han conseguido que nos echemos las culpas a nosotros mismos y entremos en una senda de autodestrucción que puede acabar fácilmente en posturas de extrema derecha.


Los trabajadores fijos contra los temporales, los parados contra los que tienen empleo, los privados contra los funcionarios, nacionales contra inmigrantes… La clase política denostada de forma estructural. En el ámbito sindical, las divergencias lógicas se han convertido en luchas fratricidas y no queremos reconocer lo que de positivo tiene el punto de vista del contrario.

Y lo que es peor, en 2010 empezó a calar un sentimiento generalizado de que los sindicatos somos enemigos de los trabajadores. Se vio en los seguimientos de las huelgas de junio y septiembre, y se ha interiorizado tras el pacto social de enero.

Lo que hace tres años se anunciaba como una refundación del capitalismo está resultando una crisis del sindicalismo.

No podemos seguir metidos en la trampa. Los grandes sindicatos nacionales, con todos sus defectos, deben mantenerse fuertes para cumplir su papel de contención de los intereses agresivos del capital. Los que no somos tan grandes todavía, debemos aportar nuevos puntos de vista y soluciones, sin desmantelar lo que se ha conseguido.

Por eso llamamos a toda la ciudadanía a que apoye los actos de celebración y reivindicación que se celebren el 1 de Mayo, sea cual sea el sindicato que lo convoque o ciudad en que se realice. Hemos de avanzar hacia una coordinación de fuerzas construida desde el respeto mutuo, imprescindible para afrontar los retos presentes y futuros.

Vive el 1º de Mayo

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