lunes, 28 de febrero de 2011

Manifiesto de EPS

En España estamos sujetos a tres poderes: el económico del capitalismo, el ideológico del cristianismo y el político del gobierno, mediante la partitocracia que conforma esta democracia incipiente.

Las fuerzas sindicales actualmente en ejercicio o son de pura resistencia (las más completas ideológicamente, aunque sujetas a premisas que suelen suponer grandes saltos desde la situación actual y casi fantásticas en su concepción práctica) o
las que actúan para suavizar la vida dentro del sistema, lastradas por una actividad burocratizada y un alto instinto de supervivencia administrativa.

No obstante, reconocemos la labor realizada y agradecemos y valoramos los sacrificios de todos los grupos, con sus distintas líneas ideológicas, gracias a
cuyas luchas se han conseguido los derechos que ahora disfrutamos y defendemos. Contarán con nuestro apoyo siempre que sea necesario.

Sin embargo, para dar pasos reales de avance social se debe partir de bases más firmes tanto en la explicación de la persona y del mundo, como en los medios y tácticas a utilizar y por supuesto en las metas político-sociales a corto y medio plazo.

Los sindicatos que hoy tenemos oscilan entre el conformismo y la revolución. Aquí planteamos evolucionar, construir firmemente y paso a paso el futuro, partiendo del entorno laboral que nos agrupa.


Para nosotros, la persona es objeto de responsabilidad. Ello supone que debe conocer en profundidad sus derechos y deberes, debe disponer de la libertad necesaria que le permita escoger cualquier opción y de una voluntad sana y fuerte que le permita alcanzar su pleno desarrollo.

La estructura social ha de superar el capitalismo, esquema deformante de las relaciones humanas y que esclaviza a la mayoría para el servicio de unos pocos.

Hay que cambiar el concepto de trabajo, que no es ni mucho menos la actividad por la que alguien paga, sino todo lo que la persona hace. ¿O no trabajan las amas/os de casa, los presos/as, los/las estudiantes, los abuelos/as...?

El poder del capital y la alienación-castración de las capacidades personales son sistemáticamente justificadas por la ideología eclesiástica, que en una interpretación interesada de principios transcendentales valiosos, inculcan a los individuos que “deben estar sometidos a poderes y dioses fuera de uno mismo, que son los que les permiten salvarse o redimirse”.

En España, tanto el capitalismo como el catolicismo más rancios tienen un valedor incontestable en las instituciones, que agrupan a esos y todos los demás poderes fácticos frente al resto de la sociedad.

Ejemplos desgraciados de la opresión práctica en nuestro entorno son los millones de parados, las dificultades para la autodeterminación de los pueblos y especialmente la falta de comprensión sobre las libertades.

Sin embargo, tanto los sindicatos como sus correspondientes partidos políticos son benévolos ante este orden de cosas y esta sumisión ante los poderes conlleva implícita y veladamente la sumisión del resto de la sociedad.

Asimismo, sabemos que como país estamos inmersos en un proyecto social mucho más amplio, como es la construcción de la Unión Europea, que reconocemos como un loable objetivo, pero que de momento es poco más que un mercado común.

Por ello, EPS se compromete desde el entorno sociolaboral a:

- Promover y facilitar la educación y participación social, cultural y profesional de los trabajadores, para que puedan influir en su entorno laboral y cívico en plenitud.

- Influir en el mundo intelectual mediante análisis y propuestas que ayuden a avanzar, particularmente mediante un mejor entendimiento de lo que es la persona y el trabajo humano.

- Colaborar con el resto de organizaciones sindicales, sociales y políticas hacia mayores cotas de libertad y justicia social.

- Promover una sociedad laica, para que las personas logremos la mayoría de edad y pueda reconocerse y valorarse correctamente el individuo y su espacio social.

- Trabajar activamente para lograr una estructura política más democrática, ya que actual impide cualquier avance social real y no es posible pensar en alcanzar metas más elevadas sin remover este obstáculo.

- Ayudar a construir un País y una Europa unida, pero bajo los principios sociales, fuertes y justos, que emanan del humanismo y la cultura de todos los tiempos.

- Planificar exhaustivamente todo proyecto de actividad humana, de arriba hacia abajo, a efectos de verdadera justicia, trabajo, igualdad y evolución.

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