http://aenaparemoslaprivatizacion.es/
MANIFIESTO CONTRA LA PRIVATIZACIÓN
Exmo. sr. don Mariano Rajoy Brey.
Presidente del Gobierno.
Complejo de la Moncloa. Avda. Puerta de Hierro, s/n.
28071 Madrid. España.
Los abajo firmantes, ciudadanos, asociaciones y colectivos, y trabajadores del sector aéreo, queremos hacerle llegar nuestra preocupación, al tiempo que nuestra solicitud, de que retire el proyecto de privatización de la red de aeropuertos de interés público, con la venta de Aena Aeropuertos.
http://aenaparemoslaprivatizacion.es/
MANIFIESTO CONTRA LA PRIVATIZACIÓN
Exmo. sr. don Mariano Rajoy Brey.
Presidente del Gobierno.
Complejo de la Moncloa. Avda. Puerta de Hierro, s/n.
28071 Madrid. España.
Los abajo firmantes, ciudadanos, asociaciones y colectivos, y trabajadores del sector aéreo, queremos hacerle llegar nuestra preocupación, al tiempo que nuestra solicitud, de que retire el proyecto de privatización de la red de aeropuertos de interés público, con la venta de Aena Aeropuertos.
Entendemos que esta operación no puede
entenderse más que desde la óptica neoliberal de la cesión de servicios
públicos básicos al ciudadano, como ya lo han sido el sector eléctrico y
de comunicaciones, y lo están siendo el ferroviario, la sanidad, el
sistema de pensiones, la distribución de agua o la educación. Pero en
ninguno de los casos anteriores la nueva gestión privada ha reportado
beneficio alguno al ciudadano de a pie, que finalmente se ha quedado sin
un patrimonio acumulado durante generaciones, que aportaba a las arcas
del Estado, a la vez que con servicios más caros y más excluyentes.
Las grandes compañías privadas que todos
conocemos se han enriquecido con el patrimonio público; pero los mismos
ideólogos que han abanderado esta cesión de propiedad, que no sólo de
gestión, hablemos claramente, son también los que han decidido
socializar al ciudadano las enormes pérdidas que esa misma gestión ha
causado. En el caso de los aeropuertos, tenemos los ejemplos muy
recientes de los de Castellón, Ciudad Real o Murcia-Corvera, proyectos
privados rescatados con dinero público a través del rescate de las cajas
de ahorro que los financiaron.
Aena Aeropuertos, junto con Renfe y Adif,
que también están en proceso de privatización, es la última gran
infraestructura del transporte en manos públicas. Es un grupo líder en
el mundo por el número de pasajeros que utilizan nuestros aeropuertos, y
es la entrada básica del turismo extranjero en nuestro país. Ha sido
desde siempre un proyecto autosostenido que no ha tenido coste alguno
para las arcas del Erario Público, que ha mejorado las infraestructuras
de este país, es básico para el desarrollo de las regiones, crea
sinergias estables dentro del tejido productivo, y es un ejemplo de
interconexión entre territorios y de conectividad.
Nuestra red pública de aeropuertos ha
aportado miles de millones de euros vía impuestos al Estado, es pieza
básica dentro de la modélica Organización Nacional de Trasplantes (ONT)
donde este país es con diferencia líder en el mundo en donaciones de
órganos, y su modelo de red propicia una economía de escalas que permite
que unos aeropuertos sostengan a otros, y que se retroalimenten los
flujos internos dentro de la red, manteniendo unas tasas bajas para el
pasajero al tiempo que se mantiene un alto estándar de seguridad
operacional.
La operación de venta del 49% de nuestra
red pública de aeropuertos se ha diseñado para que, en un alto
porcentaje, se ponga en manos de fondos de inversión internacionales,
que formarían un núcleo duro estable. Ha sido, precisamente, la
rapacidad de estos fondos de inversión, su opacidad, su ánimo exagerado
de lucro y falta de regulación la que ha causado esta crisis en que
estamos inmersos y estamos pagando los ciudadanos. No podemos entender
que no hayamos aprendido nada de todo lo que ha pasado, y que se ceda
precisamente al capital especulativo un bien estratégico en nuestra
economía del que depende por encima de un 10% de nuestro PIB.
Queremos remarcarle, igualmente, el
carácter de insularidad y de dispersión de nuestro territorio, compuesto
por dos archipiélagos y dividido geográficamente entre dos continentes,
que le hace especialmente dependiente en su interconexión, y en la
viabilidad de su economía, del sector aéreo.
El hecho de privatizar Aena Aeropuertos
es privatizar, igualmente, las decisiones estratégicas que se toman en
el sector, uno de los que sostiene nuestra economía y puestos de
trabajo. Es llevar esta toma de decisiones a ámbitos externos ajenos al
principio de bien común y de sostenibilidad.
Su conversión en empresa privada, la
salida a bolsa, la entrada de un núcleo duro de fondos de capital
extranjeros, la convertirá en el peor de los escenarios para el sector,
un monopolio privado de una infraestructura estratégica. No se puede
aducir tampoco que la operación “mejore la gestión”, pues se ha
descartado que vayan a entrar en la misma operadores de
infraestructuras.
La lógica del proyecto implica que no se
cerrará a medio plazo el porcentaje en un 49% del capital, que puede
convertirse en cualquier momento en mayoritario. Tampoco queda asegurada
la estructura de red, pues en los medios de comunicación responsables
de Fomento hablan ya de concesionar determinados bloques de aeropuertos.
El final de esta lógica es una brusca subida de tasas en busca de altos
porcentajes en los capitales de retorno invertidos, el cierre de
infraestructuras, la venta parcializada de la red y el rescate por el
dinero público de la parte de Aena Aeropuertos que no garantice una
fuerte rentabilidad.
Hay que añadir a todo esto la
preocupación con que observamos el precio máximo de tasación de nuestra
red pública de aeropuertos que se baraja para esta operación de private equity,
que es de 16.000 millones. Consta en la web pública de Aena una
inversión de unos 19.000 millones, sólo para la ampliación y mejora de
la red, en el período 2001 a 2012. Otros expertos valoran que el coste
de construir de nuevo nuestros aeropuertos es superior a los 300.000
millones de euros, sin contar con las sinergias que ha adquirido, el know how acumulado
y la solidez y estabilidad de su funcionamiento. La opacidad de la
operación y la nula información sobre los criterios utilizados para su
tasación no nos hacen despejar estas dudas.
Si Aena Aeropuertos lleva dos años en
beneficios y recortando su deuda, si se está recuperando el tráfico
aéreo con buenas previsiones, si siendo pública ha conseguido ser el
mayor operador mundial en un sector estratégico y tecnológico, la
pregunta nos parece obvia. ¿Por qué privatizarla precisamente ahora?
¿Por qué a este precio cuando su valor es muy superior y aumentará el
año que viene?
Respetuosa pero firmemente le solicitamos retire el proyecto de privatización de Aena Aeropuertos.
AHORA TOCA DEFENDER NUESTRO PATRIMONIO
APOYA este manifiesto contra la privatización de Aena.http://aenaparemoslaprivatizacion.es/
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